Ja, "la ausencia es el olvido", dicen por ahí, y yo pregunto ¿cómo es eso posible cuando uno no sabe cuánto podrá durar la ausencia? Equis, en extremo equis.
Tan absurda tan real es la vida; chicos SAE los EXTRAÑO MUCHO, en verdad lamento no poderles escribir como antes, pero será sólo por un rato, ya van 5 meses del vaso medio lleno o medio vacío.
¿Qué les puedo contar chamacones? En breve lo que hasta ahora ha sido de mi vida:
ENERO: Regresé a la Uni y a ing. electrónica, opté por botar la mecatrónica innecesaria.
FEBRERO: Fuí auténtica madre de 3 perritos, de 2 días de nacidos ¿lo imaginan? Preparar biberón cada 3 horas, limpiar cuneros, lavar trapitos, y atender obligaciones de casa y escuela, una suprema aventura.
MARZO: Casa-Escuela, todo volvía a la normalidad, pero los domingos iba a trabajar al restaurante de mi hermano (un agobio casi supremo, mis piernas gritaban "haz ejercicio").
ABRIL: Semana Santa de misiones, ¡WOW! ha sido la onda, lo que uno aprende de sí mismo es increible. Dos semanas después, entré a trabajar en la carnicería de mi hermano, para darle 3 días de descanso a mi hermana. Definitivamente no es lo mío, jaaaa, digo "no al mostrador", necesito emplear mis manos en algo más productivo, en los tiempos muertos dibujo.
MAYO: Casi lista para el 3 parcial y mi super proyecto final (sorpresa sorpresa). En vísperas del retiro espiritual en Teponahuasco (me toca dar 3 temas y la tiendita).
Confieso que estos meses me he visto demasiado antisocial, pero las coincidencias de estos últimos días mezcladas con la música de Pneumus, me ponen en órbita, todo se vuelve claro, y poco a poco mi vida adquiere un fenomenal curso (uno de tantos: mi proyecto mantequilla, ñaca, ñaca).
Arrivederci,
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