Ya no puedo pensar en mi, ya no puedo pensar en mis sueños ni en mis anhelos porque he renunciado a ellos para servir a mi Dios, al verdadero Dios que me dio la vida y desea que yo le sirva eternamente. ¿Y cómo voy a servirle eternamente? Cumpliendo los mandamientos, atendiendo las obras de misericordia, orando, sirviendo al prójimo, cumpliendo mis obligaciones, siendo humilde y respetando. Cada día a cada instante hay una oportunidad para hacerlo, hay que estar alerta y firme, haciendo frente a las tentaciones.
"Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra"
"El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién he de temer?"
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